El campo chileno y la Cordillera de Los Andes envuelven esta puesta en escena multidisciplinaria que integra veinte actores en escena, música en vivo, bailes folclóricos y una variedad de personajes que transitan entre el humor, el dolor y las ganas de superar sus condiciones de vida.
La compañía La Dramática Nacional presenta “La canción rota”, una pieza clave del teatro social latinoamericano escrita hace casi cien años por Antonio Acevedo Hernández, que retrata la dura vida de los campesinos del valle central de Chile a inicios del siglo XX. El montaje aborda la falta de educación y oportunidades en el campesinado, lo cual crea una diferencia considerable en la calidad de vida entre el inquilinaje y los hacendados.
En pleno campo, Esteban, su familia y amigos comparten el trabajo, las alegrías e injusticias que día a día les corresponde vivir. Pero su existencia y la de toda la comunidad se ve alterada con la llegada de su nieto Salvador, quien retorna a su tierra natal luego de vivir veinte años en la ciudad.
Entre cuecas y celebraciones, surgen rencillas y romances entre los inquilinos, pero el conflicto se desata con los patrones cuando Salvador comienza a educar a los campesinos, quienes se empiezan a acercar al pensamiento crítico y a cuestionar su propio sistema de vida.
“Es una obra que aborda problemáticas tremendamente contingentes dentro de la construcción de nuestro Chile actual. Si bien las condiciones de vida del campesinado cambiaron, ese sistema de dominación prevalece en distintas formas de trabajo y jerarquías sociales. Pero también es una obra que muestra nuestra identidad nacional, hay una recopilación maravillosa de nuestras tradiciones, costumbres, personajes, y queremos compartir esa estética campesina, esa cultura tradicional y hacer una fiesta de ella en la escena”, explica Carola Rebolledo, codirectora y actriz del montaje.
Continuando su trabajo artístico e investigativo en base a textos clásicos con temáticas como la historia social de Chile, el rol de la mujer y los encuentros generacionales, la compañía profundiza en el rescate tradicional y folclórico del país, poniendo en valor el patrimonio inmaterial de autores chilenos.
“Nuestro fin no tiene que ver con reinterpretar las obras clásicas, sino más bien mostrar aquellas obras que per-sé tienen una vigencia y una validez. Las problemáticas de la obra son las mismas de hoy. Por una parte, el agua: cómo los ricos, hacendados o poderosos manipulan ese recurso preciado en desmedro de las clases populares. Y por otra, la desigualdad de oportunidades educacionales”, agrega Nelda Muray, también codirectora y actriz.
El remontaje rescata el uso de instrumentos musicales típicos de la zona, mostrando el trabajo de Margot Loyola y Osvaldo Cádiz. Además, incorpora la recopilación de nuevas imágenes cinematográficas para trasladar al espectador al quehacer rural desde un primer plano.
Sobre el escenario se verá una diversidad de personajes y colores, tradiciones religiosas, junto a la estética y paisajes del campo chileno. “Se trata de un espectáculo integral lleno de estímulos donde el público asistirá a un conjunto de manifestaciones artísticas mancomunadas que lo identifique, lo entretenga, lo eduque y le permita una reflexión activa sobre nuestra historia y por ende la construcción de la identidad de nuestro país”, concluyen.
12 al 27 Sep.
Mi a Sá — 19.30 h. Do — 17 h
* Excepto Fiestas Patrias
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